Las Escrituras
Creemos en la inspiración verbal, plenaria e inerrante de las Escrituras (tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento) y que “toda la Escritura es inspirada por Dios” (II Timoteo 3:16). Las escrituras son suficientes como nuestra autoridad de fe y practica (Salmo 119:160; Proverbios 30:5a; II Timoteo 3:16-17; II Pedro 1:19-21). Creemos que los escritos originales fueron escritos sin errores, porque cada hombre que inscribió la Palabra de Dios lo hizo bajo la divina inspiración del Espíritu Santo (II Pedro 1:20-21). Creemos que Dios ha intervenido sobrenaturalmente en la preservación de Su Palabra a través de los años. Nosotros utilizamos la versión Reina Valera de la Biblia para toda predicación y enseñanza de la Palabra en el idioma español porque creemos que es la mejor de las traducciones, y que es la primera Biblia completa traducida al español de los originales idiomas hebreo, arameo y griego. También está basada en los manuscritos de la versión en inglés de King James que es considerada la mejor versión en ese idioma.
Dios verdadero
Creemos en un solo Dios; El verdadero: quien es sabio, soberano, es un Ser espiritual y personal; es perfecto, infinito, es eterno en su Ser, en santidad, en amor, en sabiduría y poder; es absolutamente Santo y el Creador del universo. Él está presente en todos los lugares como el sustentador de todas las cosas. Él es Dios con tres personas eternas: Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo. Los tres son de la misma esencia (Juan 4:24), pero diferentes en personalidad (Mateo 3:16-17; 28:19-20; II Corintios 13:14); cada uno teniendo un ministerio distinto en la relación de Dios con su creación y la humanidad (Génesis 1:1; Éxodos 15:11; Salmo 83:18; 139:7-9; Mateo 28:19; Juan 10:30; 15:6).
Jesucristo
Creemos en el Señor Jesucristo: quien es la segunda persona de la trinidad, es la Palabra eterna y el Hijo unigénito; que sin ningún cambio de Su Persona divina, se hizo hombre a través del nacimiento milagroso virginal; continuando para siempre como Dios verdadero y Hombre verdadero. Es una Persona con dos naturalezas; y como hombre fue tentado en todos puntos como nosotros, pero sin pecado; también como el Cordero perfecto de Dios, Él dio Su vida para morir, derramando Su sangre en la cruz, cargando el pecado del mundo, y sufriendo la penalidad plena de la ira divina en nuestro lugar. Él resucitó de los muertos con un cuerpo glorificado; y como nuestro Sumo Sacerdote, Él ascendió al cielo, apareciendo allí delante del rostro de Dios como nuestro abogado y mediador. (Juan 1:1, 14: 13:16; Mateo 1:18-25; Galatas 4:4-5; Filipenses 2:6-10; I Corintios 15:3-7; Hebreos 4:14-16; I Juan 2:1-2).
Espíritu Santo
Creemos que el Espíritu Santo es Dios y que mora en cada creyente (I Corintios 6:19; Romanos 8:9); que es la tercera Persona de la Trinidad, y es el divino agente en la naturaleza, revelación, y redención: que Él convence al mundo de pecado, de justicia, y de juicio; que Él regenera, mora, bautiza, sella, y unge a todos quienes son hechos hijos de Dios a través de Cristo; que Él intercede a favor de los creyentes (Romanos 8:26). Además creemos que Él da poder, guía, enseña, santifica, y llena creyentes quienes están rendidos a Él diariamente; que es menester que el hombre sea lleno del Espíritu o controlado por el Espíritu (Efesios 5:18) por medio de mantener confesados los pecados y caminar en la luz (I Juan 1:6-7). Creemos que ser lleno del Espíritu no es lo mismo que hablar en lenguas, ya que este es un don de señal que no existe para los creyentes de hoy en día; y que la obra del Espíritu nunca causa que el creyente se descontrole físicamente, emocionalmente, y espiritualmente, pero que el ser lleno del Espíritu indica una vida controlada que muestra los frutos del Espíritu; (Juan 3:5; 14:16-17, 26; 16:7-14; Romanos 8:9; I Corintios 12:13; II Corintios 3:18; Efesios 1:13; 5:18; I Corintios 10:40; Efesios 5:22-23).
La creación
Creemos en la obra divina de la creación: que la historia Bíblica del origen de la creación se debe tomar literalmente y no figuradamente; que Dios creó el universo que existe con todos los sistemas intricos y organismos de varios géneros variados en seis días literales; que la historia entera de Génesis se debe aceptar como inspirada divinamente y precisa históricamente, incluyendo: la existencia literal de Adán y Eva como los progenitores de toda la gente, también la caída literal y la maldición que afecto toda la creación, el cataclismo del diluvio, y el origen de las naciones e idiomas en la Torre de Babel. (Génesis 1:1; 1:5, 8, 13, 19, 23, 31; 2:2; Éxodos 20:11; Génesis 1:26-27; 3:1-7, 14-19; 6:1-8:22; 11:1-9; Romanos 1:19-20).
Satanás
Creemos en la existencia de Satanás; quien originalmente fue creado un ser santo y perfecto, pero a través del orgullo y ambición malvada se rebeló contra Dios, volviéndose totalmente depravado en su carácter; que es el gran adversario de Dios y su gente, que es el líder de todos los ángeles malos y espíritus malvados, es el engañador y dios de este siglo que ha cegado los ojos de los que no creen en la Verdad (Hechos 26:18). Creemos que sus poderes son enormes, pero limitados por la voluntad permisiva de Dios quien gobierna sobre todas sus astucias para el bien; que el fue derrotado y juzgado en la cruz, por lo tanto su ruina es segura; que él está en una batalla constante con el cristiano (Efesios 6:11-12); y que somos capaces de resistirlo y vencerlo solo con la armadura de Dios, por la sangre del Cordero y a través del poder del Espíritu Santo. (Isaías 14:12-15; Efesios 6:12; I Pedro 5:8; I Juan 3:8; Apocalipsis 12:9-11; 20:10).
La caída del hombre
Creemos que todo hombre por su naturaleza y voluntad está perdido; que el hombre fue creación directa de Dios é inocente al comienzo (Adán), que fue creado en la imagen y semejanza de Dios; que por la desobediencia personal hacia la voluntad revelada de Dios, el hombre se hizo una criatura pecadora, y debido a este pecado, todos son pecadores (Romanos 3:10-23); así todos están alienados de la familia de Dios, bajo la condenación e ira justa de Dios, y que el hombre no tiene en si mismo manera de salvarse. (Génesis 1:27; 3:6; Salmo 51:5; Romanos 3:23; 5:12, 19; Gálatas 3:11).
Salvación
Creemos que la salvación viene de Dios (Filipenses 1:6) basada en los méritos de la sangre derramada por Jesucristo (Romanos 3:24-26), que la salvación es por la fe y la gracia dada por Dios como regalo (Efesios 2:8-9; Romanos 6:23); que excluye cualquier mérito de parte del hombre en sus obras (Efesios 2:8-9, II Timoteo 1:9; Tito 3:5); y que aparte de Cristo no hay salvación. Creemos que todos los que han sido re-nacidos en Cristo tienen presentemente el regalo de la vida eterna, justicia perfecta, todos los recursos espirituales necesarios para una vida piadosa, y que son hijos de Dios. Creemos que las dos doctrinas esenciales que tienen que estar presentes en toda persona perdida que desea ser salva son arrepentimiento (Hechos 2:38) y fe (Hechos 16:31; Romanos 10:9-10). También creemos que una vez que la persona ha sido salva, no hay manera en que jamás pueda ir al infierno y que la persona está eternamente segura en Cristo (Juan 3:16, 36; I Juan 5:11-13; Juan 1:12; 3:14; 10:28-29; Romanos 8:1)
Cielo e infierno
Creemos en la vida futura, la resurrección del cuerpo y el juicio eterno; que al morir, los espíritus de los salvos van inmediatamente a estar con Cristo en el cielo; que existe literalmente el cielo donde Jesús se encuentra hoy en día preparando un lugar para Sus creyentes (Juan 14:1-2); y que las obras de los re-nacidos en Cristo serán presentadas ante el tribunal de Cristo. Creemos literalmente que existe un infierno de fuego eterno (Mateo 25:41), perdición eterna (II Tesalonicenses 1:9); que al morir, los espíritus de los incrédulos descienden inmediatamente a Hades, donde son retenidos bajo el castigo hasta el día del juicio final cuando sus cuerpos serán resucitados de los sepulcros, que serán juzgados y lanzados al lago de fuego, el lugar final del castigo eterno (I Corintios 15; II Corintios 5:8-10; Lucas 16:19-23; Apocalipsis 20:11-15).
El arrebatamiento y la segunda venida
Creemos en la venida inminente de Jesús donde primero arrebatara a Su iglesia para encontrarla en el aire (I Corintios 15:51-53); cual es nuestra esperanza bienaventurada (Tito 2:13). Creemos que primero por la resurrección de los muertos y translación de los vivientes va ha remover la iglesia de la tierra, luego Él derramará los juicios justos de Dios sobre el mundo incrédulo y después descenderá con Su iglesia para establecer Su reinado literal y glorioso sobre toda nación por mil años. En resumen, creemos en la venida inminente, pre-milenial, pre-tribulacional y corporal de Jesucristo (I Tesalonicenses 4:13-18; Santiago 5:8; Hebreos 10:37; Judas 14-15; Apocalipsis 19:11-16; 20:4-7).
La iglesia local
Creemos en la importancia de la iglesia local; que todo creyente debe congregarse e identificarse en iglesias locales; que una iglesia tipo Nuevo Testamento es una asamblea de creyentes re-nacidos, bautizados (inmersión), y unidos en organización para practicar las ordenanzas del Nuevo Testamento; congregándose para adorar, orar, tener compañerismo, enseñar, y tener un testimonio de unidad; y para estar activo en cumplir con el mandato de la Gran Comisión (Hechos 2:41-42; I Corintios 11:2; Mateo 28:19-20). Creemos en los dos oficios establecidos para la iglesia: el pastor y los diáconos; que Dios ha dado calificaciones para poder desempeñar estos oficios y que Dios ha ordenado que los varones tomen estas posiciones de liderazgo (no desconocemos el ministerio de la mujer) (I Timoteo 2:11-12; 3:1-13; Hechos 6:1-6).
Independencia y autonomía
Creemos en la independencia y autonomía de la iglesia local: que cada iglesia tipo Nuevo Testamento es libre para gobernase independientemente sin interferencia eclesial, y debe cooperar (con la guía del Espíritu Santo) con otras iglesias tipo Nuevo Testamento; que es responsable para seguir el modelo de la iglesia del Nuevo Testamento y que va dar cuenta directamente a Dios (Mateo 18:17; Hechos 6:1-5; 13:1-3; 15:22-23).
Ordenanzas
Creemos que las ordenanzas dadas a la iglesia local son dos, el bautismo y la Cena del Señor; que el bautismo es por inmersión, simbolizando la muerte, el entierro, y la resurrección de Cristo Jesús; que la Cena del Señor es cuando el creyente come el pan y toma de la copa como una memoria continua del cuerpo partido y sangre derramada de Cristo; que nuestra práctica será usar (cuando sea posible) jugo de uva y galletas sin levadura (que en símbolo representan mas apropiadamente Su muerte), (Mateo 28:19-20; Hechos 2:41; 8:38-39; Mateo 26:26-30; I Corintios 11:23-34).
Sacerdocio de cada creyente
Creemos que Cristo es el Sumo Sacerdote y a través de Él toda persona re-nacida tiene acceso directo a la presencia de Dios sin necesidad de un sacerdote humano; que el creyente tiene el derecho y responsabilidad de estudiar e interpretar personalmente las Escrituras con la guía del Espíritu Santo (Juan 14:6; Hebreos 4:16; II Timoteo 2:15; I Pedro 2:1, 5, 9).
La iglesia y el estado
Creemos en la separación de la iglesia y el estado, cada cual teniendo su esfera de responsabilidad definida y distinta (Mateo 22:21; Romanos 13:1-7).
La vida justa y piadosa
Creemos en vivir una vida justa y de obras piadosas: pero que en ninguna manera son medios para alcanzar la salvación, sino que es fruto y evidencia verdadera del creyente; que el cuerpo del creyente es el templo de Dios y que debe deshacerse de las practicas inmundas “perfeccionando la santidad en el temor de Dios”, (I Corintios 6:18-20; II Corintios 7:1); creemos que el creyente debe ser sobrio, velando, apartándose de las influencias malas en áreas como la música, entretenimiento, y filosofías del mundo que Satanás usa para hacer tropezar al cristiano (I Pedro 5:8; Hebreo 12:1-2); que el creyente esta en el mundo para ser sal y luz a los perdidos, pero no para ser participante de los hechos del mundo (Mateo 5:13-14; Santiago 4:4). Por lo tanto, como cristianos debemos obedecer la Palabra de nuestro Señor, buscar las cosas de arriba, caminar como Cristo caminó, aceptar como nuestra responsabilidad solemne el deber y privilegio de llevar las buenas nuevas al mundo perdido; recordando que la vida cristiana victoriosa y fructífera es posible solo a los que en gratitud por las misericordias infinitas de Dios y no merecidas, se han presentado completamente a Cristo (Efesios 2:10; Romanos 12:1,2; Filipenses 2:16).
El hogar
Creemos en la institución del hogar como es presentado en las Escrituras: que fue establecido divinamente desde el comienzo como la unión a través del matrimonio de un hombre y una mujer, y es la unidad básica de la sociedad; que cada miembro de la familia, esposo, esposa, o hijo, tiene deberes y responsabilidades distintas; que es la responsabilidad de los padres criar con amor a los hijos en disciplina y amonestación del Señor y proveerles instrucción piadosa a través del ejemplo cristiano y educación formal (Génesis 2:18-25; 3:16; 18:19; Deuteronomio 6:4-9; 32:46; Salmo 78:5-6; 127:1-5; Proverbios 3:12; 13:24; 22:6; Isaías 28:9-10; Mateo 19:3-9; Efesios 5:21-33; 6:1-4; Colosenses 3:18-21).
Desde los primeros días del movimiento bautista, la eclesiología fue central para la unidad. Se agruparon alrededor de la visión de que la iglesia es una comunidad de creyentes, celebrando el bautismo y la Santa Cena, predicando el evangelio y organizando la vida congregacional.
La autoridad para la misión de la iglesia y el ministerio venía de Cristo, mediada a través de la comunidad de creyentes. En su afán por establecer su identidad bautista y distinguirse de otras comunidades de fe, los bautistas se hicieron muchas preguntas sobre sus creencias y prácticas.
Hoy en día, los ocho principios y las prácticas bautistas aportan claridad y unidad a nuestra identidad bautista. Guían la forma en que logramos nuestra misión, influyendo en las principales decisiones congregacionales como personales, así como en los planes diarios del ministerio local.
Nuestros principios vienen desde el siglo 17 y los hemos conservado hasta hoy. En general, nos mantienen enfocados en el llamado único que Dios nos ha dado como iglesias bautistas.
Los bautistas hemos establecido, afirmado, enseñado y practicado los siguientes principios:
Libertad de conciencia: Afirmamos que toda persona tiene el derecho de tomar sus propias decisiones respecto a su relación o no con Dios. Nadie puede decidir ni imponer en este aspecto.
Libertad religiosa y separación de iglesia y estado: Para poder hacer la voluntad de Dios, la Iglesia no puede estar sujeta a los poderes de este mundo. Afirmamos que el estado no puede intervenir en ningún asunto de fe y práctica de la iglesia. En el concepto de libertad religiosa y separación de la iglesia y el estado nunca se ha afirmado que la iglesia no puede intervenir en los asuntos del gobierno o el estado. Además, rechazamos cualquier intento del estado de establecer o favorecer cualquier religión. Este es un solo principio y no dos.
La Biblia es nuestra norma suprema en materia de fe y conducta: Afirmamos que no tenemos ningún otro documento sobre la Biblia que nos dirija en nuestra vida cristiana. Debemos recordar que este principio nos viene desde la cosmovisión del siglo 17. En la actualidad tenemos el benefico de las aportaciones de los descubrimientos arqueológicos y de los nuevos metodos de interpretación que nos permiten tener espacio para entender con más claridad el texto bíblico.
Sacerdocio universal del creyente: Significa que cada persona creyente tiene la capacidad de relacionarse con Dios directamente, sin intervención de mediador. Todos y todas somos sacerdotes y tenemos la responsabilidad de serlo para otras personas. Una iglesia de creyentes y de sacerdotes nos lleva a una iglesia congregacional, donde todos y todas participan en igualdad y equidad.
Gobierno congregacional: Cada congregación local tiene la autoridad de gobernarse a sí misma, sin intervención de ninguna otra autoridad, sea eclesial o gubernamental. El gobierno congregacional es lo que nos permite afirmar la autonomía y la interdependencia de la iglesia local.
Autonomía e interdependencia: Afirmamos al mismo tiempo la capacidad y autoridad de cada iglesia local para decidir sus asuntos Afirmamos la interacción y asociación con otras congregaciones.
Bautismo (una ordenanza) de creyentes (un principio) por inmersión (una práctica): Afirmamos que, de acuerdo con las Escrituras, el bautismo bíblico es sumergiendo a la persona creyente bajo el agua. La afirmación del bautismo de creyentes nos lleva a que esa misma comunidad debe ser una de creyentes. Este reconocimiento es lo que nos permite afirmar que el bautismo como 1) una ordenanza, 2) libre, voluntaria y personal y 3) por inmersión.
Iglesia de creyentes: Las personas vienen a ser parte de la Iglesia por la confesión voluntaria e individual de fe en Jesucristo. Afirmar una iglesia de creyentes es reiterar el sacerdocio universal.
Somos por la gracias de Dios, la primera iglesia cristiana evangélica en la ciudad de santa marta, fundada en el año de 1958. Establecida por Jesucristo a través de misioneros norteamericanos de la convención bautista del sur, quienes llegaron a la ciudad a establecer el reino de Dios, a edificar nuestro templo y posteriormente donarlo a la ahora denominación bautista colombiana. Desde entonces, la iglesia se ha establecido en esta ciudad siendo la columna vertebral del evangelio en en esta hermosa ciudad.